Progreso e Historia:

Los humanistas introdujeron una modalidad de pensamiento historiográfico que rechazó la visión teológica y provindecialista de la historia, que había dominado en la Edad Media y había reducido la historiografía a una mera crónica y narración de hechos milagrosos. Los humanistas buscaron descubrir los principios que rigen la sucesión de los acontecimientos humanos; la historia tiene una trama que corresponde descubrir al historiador, unos pensaban que la trama era de carácter trágico, pues la humanidad había pasado de una edad de oro que se había perdido para siempre, el devenir histórico era un proceso de decadencias; otros, sostuvieron la idea de progreso histórico, pues veían un mundo más habitable que antaño. Los que sostuvieron la idea de progreso estuvieron de acuerdo en afirmar que la raíz y la causa del mundo, residía en el poder creador del hombre y en su voluntad. La superioridad de los clásicos se debía a su educación mundanera, que exaltaba a los hombres activos, en tanto la religión cristiana gratificaba a los humildes y contemplativos que ponen el sumo bien en el desprecio de las cosas del mundo. Así pues, la causa de la antigua prosperidad y la actual miseria, dice Maquiavelo: se debe al valor y actividad de los primeros y a la cobardía de los segundos. Guicciardini, continuador del pensamiento político de Maquiavelo, desprecia la tradicional virtud y antropomorfa de la naturaleza. El punto donde se separa radicalmente el pensamiento mágico del pensamiento científico, reside en la cuestión del método de investigación. Galileo, frente a la anarquía metodológica sostiene un método único y preciso para la construcción del saber científico. Las distintas clases de magias, permiten el uso de diferentes métodos de interpretación de la realidad y todos valen para alcanzar la verdad, por ello Galileo piensa que ningún fruto duradero se puede lograr con ella. El método científico es único y es aquél que parte de la experiencia sensible y concluye en las demostraciones; el mundo de los sentidos (dice Galileo) no es más que un jeroglífico sin descifrar y por eso no puede haber ciencia si junto a las experiencias sensibles, no se llevan a cabo las demostraciones necesarias en las que las matemáticas se convierten en instrumentos indispensables de prueba. Observación y demostración serán los dos elementos indispensables de su método científico, que producirán la llamada revolución científica del S. XVII. La verdad o falsedad se debe conocer por la experiencia y cuando existan demostraciones matemáticas; las diferencias entre la nueva ciencia y la tradicional forma de entender el saber filosófico acerca de la naturaleza se reduce a: utilización de distintos lenguajes, distintos métodos y pretensiones o métodos diferentes. La ciencia necesita un lenguaje preciso y exacto, distintos conceptos de método y de demostración; el camino de la ciencia es el único posible para la inteligencia humana, por lo que deben centrarse en ese saber, había que abandonar la filosofía especulativa por la ciencia experimental. La ciencia no puede basarse en fantasías, sino en hecho verificables; propone una disciplina de la mente, sometida a un método que permita un saber sólido y seguro de la humildad cristiana y alaba al hombre con ambición; ambos dan mucha importancia a la suerte. Maquiavelo, vio que la historia está sometida a un perpetuo movimiento ascendente o descendente y que está influenciada por factores imposibles de prever. No obstante gran parte de los asuntos humanos dependen de su propia virtud, no somos dioses pero tampoco sujetos pasivos sometidos a la diosa Fortuna. También Bodino, en línea con Maquiavelo y Guicciardini, concibe el desarrollo de la Historia como un proceso de cambios sucesivos en los que la fortuna juega un papel importante. Otra teoría afirmó la posibilidad para el hombre de un progreso sin límite y sin condicionamientos de ningún tipo (Pico, Campanella y Bruno ). Para ellos, el hombre proyectándose hacia el futuro puede llegar a serlo todo. Bruno, al rechazar el mito de una originaria edad dorada, concibe el progreso como un continuo alejarse de las formas rudimentarias de la vida humana, ascendiendo de la bestia hasta el hombre. Hay que huir de la ociosidad y la pasividad.

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